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domingo, 14 de febrero de 2010

Anécdotas

El fin de semana pasado no trabajé en el barco (la familia). Éste me lo estoy tomando más en serio, trabajo de ocho a doce, sábado y domingo. Contaré mañana o pasado los avances.

Me sugieren que cuente alguna batallita de cuando encontré la lancha y ya puesto....lo escribiré todo, total no es mucho.

Cuando encuentro un barco abandonado no puedo evitar querer adoptarlo, no entiendo cómo algo que en muchos casos está hecho por un artesano y también en muchos casos está construido con buena materia prima puede acabar así, pudriéndose en una marisma, playa o hundiéndose. Mi barco estaba así, en la playa, abandonado, no pude encontrar al dueño que lo dejó hace un par de años, después de que se lo vendiera una de las familias de la barriada, "los chivas", sus primeros dueños, éstos fueron los que me dijeron que me quedase con él, me interesó hacerles caso y di por bueno su permiso. Llevé el barco a arreglar y cuando el carpintero lo hubo arreglado y lo fue a dejar en la barriada, mi hermano le acompaño para asegurarse de que todo estaba bien y pagarle, pero por lo visto les estaban esperando algunos chavales de la barriada y les dijeron que el barco no era suyo que con qué permiso lo teniamos (mosqueo). Quien conozca al personal que se mueve por ahí, sabrá el cuidado con el que hay que andar, con algunos mejor no discutir. Total que acabé cogiendo el coche y hacerme trescientos kilómetros para calmar los ánimos. Por lo visto hay no sé qué rencilla entre dos familias y mi bote estaba por medio, después de hablar con todos, me dan su permiso, pero me recomiendan que me lo lleve lo antes posible y así lo hice, cuando tuve el remolque me faltó tiempo para llevármelo.

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